Estrada estuvo 8.1 entradas en la loma, espacio en el que solo le pudieron dar cuatro hits, sin bases por bolas regaladas y con seis ponches, para obtener así su tercer triunfo en postemporada en su carrera. En esta espectacular actuación la construyó con 98 pitcheos, 72 de los cuáles fueron strike.
Una de las claves fue que estuvo sumamente efectivo con su cambio de velocidad, que le funcionó para sacar de balance a varios de sus rivales durante su estancia en el plato y para dominar. Otro punto con el que marcó su actuación fue el empezar con strike cada turno. De los 27 bateadores que enfrentó a 21 les abrió con strike.
Mientras el mexicano escribía esta obra, los bats de los Azulejos explotaron temprano y le dieron el apoyo que necesitaba para trabajar más cómodo, más tranquilo. En la tercera entrada el conjunto anotó cinco veces y en la cuarta sumó dos más para mandar a las regaderas al abridor Cole Hamels.
Con la ventaja de 7-0, Estrada mantuvo el dominio y solo dejó que le pegaran dos sencillos. Y así llegó a la novena tanda. Con 95 pitcheos buscaba completar la hazaña y lograr el juego completo con blanqueada, pero Elvis Andrus le abrió con triple y Shin Soo-Choo rodó a la inicial para romper el cero. Acto seguido, el manager del equipo, John Gibbons le pidió la bola. El relevo se encargó de concretar la victoria que pone a Toronto 1-0 arriba en la Serie Divisional.
