[quote]Con sentido de responsabilidad, cuidado de no equivocarse y la supervisión de representantes de partidos, llevaron todas las tareas de la jornada electoral[/quote]
INFONOR / EL TIEMPO RAQUEL PEÑA
SALTILLO, COAH.- Dicen que con la edad viene la experiencia y en algunos casos la tranquilidad, tal vez sea esto lo que provoca que, incluso en asuntos de carácter público que implican impactar a una gran cantidad de personas, la excitación por participar decrezca con la edad, así como el involucramiento apasionado en los procesos.
Ejemplo de ello dos personas, ciudadanos saltillenses que en esta pasada elección resultaron elegidos para trabajar como funcionarios de casilla. Ella, estudiante de 19 años, primera votante y con hambre de experiencias; él, abogado con experiencia en el sector público y con amplios antecedentes de participación en procesos electorales desde distintas trincheras.
Para ambos, participar en un proceso electoral como el vivido este pasado domingo cuatro de junio en Coahuila, implica una alta responsabilidad, sin embargo, cuando para una representó una experiencia excitante, para el otro ningún proceso de este tipo es estresante cuando hay madurez política.
Iniciar la jornada del domingo cuatro de junio a las 7:30 de la mañana y saber que mucho más de 16 horas continuas se tendrían que dedicar a cumplir con su deber cívico, no representó para ninguno de los dos problema alguno, incluso, considerando que las autoridades electorales y los medios de comunicación, señalaron una y otra vez antes de la elección que el conteo de los votos, parte de la responsabilidad que tendrían, no sería fácil por la cantidad de partidos participantes, 15 para ser exactos, y las coaliciones entre ellos.
Esto no fue complicado, porque el voto de la ciudadanía, en el caso de las casillas en que ambos participaron, la marca que imprimieron los ciudadanos en la boleta, se hizo de manera tradicional, solamente en una casilla, a excepción de tres y dos casos respectivamente.
La tensión para ella, que por primera ocasión participaba en un proceso electoral, estuvo al momento de recordar historias de violencia que se han dado en otros Estados en jornadas de este tipo, donde se pone en riesgo la integridad de los funcionarios de casilla, así como cuando al llegar quien fungiera como secretaria de su casilla, reconociera su desconocimiento de la labor a realizar por no haber acudido a la capacitación previa, situación que provocó que al final de la jornada, se perdiera tiempo en el llenado de las actas.
Para él, ningún momento de la jornada fue estresante, más allá de que ninguno de los integrantes de la mesa tenía habilidades manuales y por ello les tomó tiempo armar las mamparas y las urnas, de que faltó el segundo escrutador que fue sustituido por un suplente general y que uno de los representantes de partido, solicitara ingresar junto a su suplente, situación que no permite la ley, todo transcurrió en paz.
"Nosotros estuvimos instalados a las 9:15, porque humanamente no hubo otra forma, pues algunos somos muy torpes en cuestiones manuales, habrá otros muy hábiles con las manos, uno es bastante torpe y arma uno la mampara, parece muy sencillo, pero hay a quienes sí se les da y a quienes no y entre los integrantes de la mesa no había a quién se le diera, habíamos puros con mano izquierda", comenta José Gerardo Villarreal Ríos.
Lo que ambos sí detectaron, fue la constante inquietud de los votantes respecto a los lápices que el Instituto Electoral dispuso para marcar las boletas y que aseguraban en redes sociales, se borraban fácilmente, ante ello en ambas casillas se dispusieron además de los crayones, plumas y marcadores para que los electores hicieran uso del que más les convenciera.
"Si fueron como unas diez personas que llegaron en esta actitud de enojo, muy exaltadas... mucha gente llegó con su propia pluma porque había muchos votos con azul o con rojo o con pluma de colores... el que llegara la gente así, también te altera a ti y te preocupa y te pones a pensar, toda la responsabilidad que tengo de hacer bien mi trabajo, de contar bien los votos, de apuntar bien, de estar atenta, entonces sí fue estresante, porque a cómo iba pasando el día, te ibas dando cuenta que era mucha la responsabilidad que tenías", relató la joven estudiante.
Para Villarreal Ríos, todo transcurrió con normalidad, sin mayor contratiempo, recibiendo a la mayor cantidad de votantes de 9:30 a 15:30 horas, el cierre de casilla se hizo en punto de las seis de la tarde, tal como se tenía establecido ya que no había personas esperando emitir su voto.
Sin embargo, para ella hubo una situación que consideró irregular, la comida. Y es que si bien cada uno de los funcionarios firmó un recibo por 250 pesos para la compra de alimentos, ella no los usó, sin embargo, al ofrecerse los representantes del Instituto Electoral a ir a comprar hamburguesas a un Carl's Junior cercano, dos de los funcionarios les tomaron la palabra e investigaron en internet lo disponible y el precio.
Una vez que llegaron los funcionarios del Instituto, entregaron menos de lo que se les solicitó e incluso tomaron de los refrescos que desde la mañana estaban dispuestos para los integrantes de la mesa y no entregaron el cambio a quien confió en ellos.
"¿Dónde quedó lo demás del dinero? A mí se me ocurrió pedirlos para comprar cena, pero a los demás les llevaron la hamburguesa nada más y bye".
En la casilla donde José Gerardo, fungió como Presidente, el escrutinio y cómputo les tomó alrededor de dos horas, con el único detalle de que las autocopias de las actas no funcionan más que para las primeras, de ahí que se ofreciera a los representantes de partido e independientes que le tomaran una fotografía, "a todos les dimos su copia, legible o ilegible pero a todos les dimos su copia, pero respaldados con la foto los que quisieron, es una decisión muy personal".
Mientras tanto, siete horas fueron las que les tomó realizar correctamente el conteo de votos en la casilla de ella, esto porque los representantes de partido solicitaron que cada una de las boletas que se iban contando se les presentara a la vista de todos, esto hacía lento el proceso, las boletas de Gobernador se contaron dos veces.
"Había muchos votos que estaban marcados muy chiquito, nos tocó una crucita mínima en el PAN, ya la habíamos puesto en nulo, pero como ya nos habíamos equivocado, nos pusimos a checar uno por uno que no tuvieran ni una marquita porque la mínima marca vale, por eso estuvimos checándolo, volvimos a meter todos los votos a la urna y volvimos a contar en Gobernador, tuvimos que volver a contar porque no nos podíamos equivocar en una cosa mínima".
Al terminar la jornada, ambos Presidentes de casilla, acudieron a entregar los paquetes electorales al comité respectivo, sin compañía de algún representante de partido, esto según consideró Villarreal Ríos, se basa en la confianza.
"¿Fue una casilla mágica porque todos fueron civilizados?, pues no, no es mágica, es una casilla donde trabajaron seres humanos, con errores y virtudes, con virtudes y defectos, ¿puede haber algún error? Los antiguos decían que sólo el que no trabaja no se equivoca, pero lo que sí le puedo decir es que cada uno de los votos en esa casilla, se fueron al casillero que escogió el ciudadano, no hay vuelta de hoja, tan es así, que fuimos a entregarlos solos porque cada uno de los representantes de partido y candidato estuvieron de acuerdo de cómo se llevó a cabo la jornada electoral".
Para Ana Luisa, el nombre de la joven estudiante se cambió en este reportaje a solicitud expresa, los días previos al domingo, fueron los más estresantes ya que la invadían los nervios y las ganas de echarse para atrás, "la gente no te dice qué padre que vas a ser funcionaria, sino, nombre no sirve de nada, qué flojera, ya pensaste que vas a estar tooodo un domingo ahí sentada y qué feo, yo creo que las únicas personas que me apoyaron fueron mis papás, mi familia, algunas amigas y amigos, pero muy pocos y mi novio que también fue (funcionario) y en esta ocasión le volvió a tocar y volvió a ir".
Incluso, reconocer la responsabilidad que los ciudadanos tuvieron en sus manos y escuchar que las autoridades electorales, señalan que el trabajo de los funcionarios del 30 por ciento de las casillas no lo hicieron bien y por eso no se pudo terminar el programa de resultados electorales preliminares la llevó a no sentirse positiva.
"Estuve en la marcha y no vine con ningún partido, qué coraje que pasen este tipo de cosas, yo decía, si gana o si pierde el PAN o el PRI, no importa, de alguna manera nosotros lo elegimos, pero que se hagan bien las cosas y me siento triste de alguna forma porque yo si me comprometí con el proceso, de hecho yo subí una foto a la una de la mañana que terminé y le puse algo así de que ya acabamos, muy feliz, muy tranquila, me siento positiva le puse y luego la borré en la mañana, porque dije no, no, no me siento así porque no se hicieron las cosas bien en todos lados y me da coraje de alguna forma que no todos tenían el compromiso de hacerlo bien".
Pero para José Gerardo, "cuando los partidos políticos o los candidatos se sienten que no fueron los triunfadores siempre dicen que el Instituto Electoral y los funcionarios de casilla no sirvieron para nada, se les olvida que la campaña electoral terminó tres días antes de la jornada electoral y entonces creen que van a volver a hacer campaña y se van en contra de los ciudadanos que formaron la mesa directiva de casilla y en contra de sus propios representantes, si hubo error de sus representantes, porque no supieron ejercer su función, no es culpa más que de ellos, yo creo que la jornada electoral, mi experiencia particular, se desarrolló de manera tranquila, civilizada y con cultura política, así de sencillo".
