Los Mavericks dan la sorpresa de la jornada tras imponerse a los Lakers en Los Ángeles (100-114). Los californianos llegaban a este choque como líderes del Oeste y mejor equipo de la NBA con un balance de 17-2 y 10 victorias seguidas. No obstante se vieron sorprendido tras el descanso.
El aporte de la segunda línea, con Justin Jackson y Delon Wright a la cabeza, y la aparición de Luka Doncic fueron claves. El esloveno tiró del carro visitante y encarriló un choque que, a pesar de los esfuerzos de un gran LeBron James, terminó del lado texano.
Los locales dominaron en los compases iniciales con LeBron y Anthony Davis como grandes estiletes. Doncic, bien tapado en defensa, y en ocasiones con doble marca, fue neutralizado en ataque pero los Mavs encontraban soluciones para mantenerse a flote en el primer cuarto (30-25).
No obstante, las rotaciones de Rick Carlisle respondieron a las mil maravillas en el segundo cuarto. Jackson se crecía desde la línea de tres y Wright cogía las riendas de un Doncic, hasta entonces gris, para repartir juego (hasta 7 asistencias).
No obstante, la sombra de Davis es alargada y el interior de los Lakers se adueñaba de nuevo de la pintura para mantener por delante a los Lakers al descanso (62-59).
Hasta entonces Doncic firmaba un partido discreto (6+3+5 y -13 con él en pista), pero a la vuelta de los vestuarios volvió a mostrar su versión MVP para romper el equilibrio y encarrilar el encuentro. Anotó 16 puntos y llevó en volandas a los Mavs con un parcial de 5-28 (67-87) para noquear a los Lakers antes del cuarto final (79-94). Estos, muy dependientes del aporte de LeBron, no eran capaces de neutralizar el gran juego colectivo rival, que supo manejar el tempo del choque hasta el final.
De esta forma los texanos, quintos en el Oeste, frenaron en seco el ascenso de un equipo que, a pesar de la derrota, está llamado a luchar por el anillo.
