OCAMPO, COAH.- El tercer municipio más grande en extensión territorial de la República Mexicana se encuentra en Coahuila, es Ocampo con 26 mil 433 kilómetros cuadrados, y es uno de las comunidades más pobres en educación, que a pesar de representar más del 17 por ciento de la extensión territorial de este Estado, padece de lo más esencial que está estipulado en la Constitución Política, así lo aseveró Gustavo de la Rosa Ramírez Presidente de la Asociación Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina.
Iniciando con el Ejido San Miguel uno de los más cercanos al municipio de Ocampo ubicado a 197 kilómetros de esta cabecera, ahí se puede llegar sólo a través de un camino vecinal, con problemas de todo tipo, lo que más preocupa a los padres de familia es la educación por ello mantienen protestas contras las autoridades con la toma del único jardín de niños que hay en la comunidad por falta de maestro.
En el Ejido Eutimias es igual el problema, no hay jardín de niños las autoridades educativas anteponen que no hay suficiente población para abrir un espacio educativo, de igual manera las carencia educativa esta por los suelos en la mayoría de las 141 localidades que componen el municipio más grande de Coahuila, refiere De la Rosa Ramírez.
Peor es la situación del Ejido Álamo del Márquez, el problema es el mismo al igual que la respuesta, no hay primaria porque no existen suficiente niños o una población escolar, este ejido colindante con el Estado de Chihuahua está peor que el olvido, refiere en activista social Gustavo de la Rosa, pues ni siquiera hay un maestro del CONAFE.
Contrasta el agobiante problema de la educación con la prospera vida del "Virrey", así apodan al presidente municipal de Ocampo Alfonso Medina Medrano, señalado por sólo tiene un objetivo, hacerse prospero con recursos que no le pertenecen, ahora es propietario de diversos tierras a través de la compra de derechos ejidales, es vasto en sus propiedades con ganado y la compra de diversas camionetas de modelo reciente, mientras que el todo el territorio ocampense adolece de lo más mínimo.
