En la actualidad es increíble ver el compromiso que adquieren los políticos y servidores públicos en torno a las funciones que desempeñan.
En más de una ocasión hemos visto el decepcionante desempeño que ponen en las funciones públicas.
Se supone que son funcionaros de 24 horas, durante 2 meses hicieron campaña recorriendo con sudor y esfuerzo cada uno de los rincones de sus jurisdicciones para lograr el voto, la aprobación del pueblo a través de una persuasión que hicieron de una y mil formas.
Es una frase por demás desgastada, trillada o como usted quiera llamarla, pero en efecto, sólo se acuerdan del compromiso que tendrán como funcionarios durante la campaña.
Una vez obtenido el triunfo, lo demás sale sobrando.
En campaña, abrazan a todo mundo, los escuchan y duran tiempos considerables parando orejas sobre las necesidades que tiene su gente.
Anotan, anotan y anotan todo, nada se les pasa y con enorme sonrisa en el rostro juran y perjuran que se encargarán del asunto.
Disponen de la gente que traen alrededor y los involucran para que sean testigos y agenden las necesidades de la gente.
Pero al llegar al trono, a la oficina gubernamental que les corresponde sucede el milagro.
Se les olvida absolutamente todo y de lo pasado ni se acuerdan.
Hasta la “frasecita” esa que se avientan en su toma de protesta.
“Protesto cumplir y hacer cumplir…. Y de no ser así que el pueblo y la nación me lo demanden.”
Pues tal parece que el Artículo 128 de la Constitución, se lo vienen pasando por el arco del triunfo.
Y si no lo creen pueden voltear a ver al Municipio de Cuatro Ciénegas.
Para colmo el Municipio de Venustiano Carranza.
Sus desobligados regidores les valió un cacahuate la junta de cabildo que tenían programada y eso que con 72 horas de anticipación se les entrega una convocatoria que llega hasta sus oficinas.
Nada importó más que el viaje a la playa que tenían ya pagado los 5 regidores de este ayuntamiento
Prefirieron irse a Puerto Vallarta que cumplir con sus obligaciones como regidores, como representantes del pueblo.
Se olvidaron del artículo 128.
Se olvidaron de esa promesa de velar por el bien del pueblo, y se olvidaron que el mismo pueblo les dio la confianza de estar ahí para que velen sus intereses.
Desafortunadamente esto se debe a que en nuestro país cualquiera puede ser funcionario, político, o servidor público.
Basta tener un buen padrino, andar en los movimientos partidistas, ser hijo de papi, tener conocidos o como le llamamos comúnmente, tener una buena palanca o de plano en el caso de mujeres tener una imagen atractiva.
Es así como se consiguen los representantes o delegados que tenemos en las oficinas públicas, en las oficinas de gobierno y en las múltiples dependencias que han surgido desde hace algunos años.
Como en el caso de los Ayuntamientos, donde nadie sabe para qué se necesita tanto Regidor.
Ciertamente la mitad de ellos suelen calentar la silla durante el período que les corresponde, antes 4 años ahora nuevamente tres.
Y algunos ni siquiera la calientan luego de que ni se aparecen por sus oficinas de forma descarada.
Con eso de que la ley no les exige asistir a la Presidencia y sólo los obliga a acudir a las juntas de cabildo, muchos se cuelgan de esa liana; pero hay quienes ni a las juntas de cabildo cumplen.
Hasta mañana.
