AGENCIAS / EL TIEMPO
ISLANDIA.- Los islandeses están atentos a todo pequeño indicio de erupción del volcán más vigilado del país tras un verano de creciente actividad sísmica. Hay un chiste en esta aldea islandesa que dice que si alguien estornuda junto al volcán Katla, un sismólogo en Reikiavik analizará la perturbación.
La última erupción del Katla fue en 1918. Nunca antes en los registros históricos, que se remontan al siglo XII, han pasado 99 años sin una erupción del volcán.
De las 10 erupciones previas del Katla, ocho tuvieron lugar entre septiembre y noviembre, cuando se cree que el deshielo glaciar propio de la estación crea las condiciones adecuadas para que el magma estalle.
Vik, una aldea costera próxima al volcán, conocida por su playa de arena negra y una iglesia de concreto y techo rojo, está preparada para lo peor. En el caso de una erupción, todos los celulares conectados a la red regional recibirán unmensaje de texto de alerta.
Sus 543 residentes sabrán qué hacer -informar a sus vecinos- y a dónde ir: a laiglesia, que está al abrigo de la montaña.
Las personas que viajen por aire en la zona y los visitantes a Islandia también deberán tomar nota. La última gran erupción volcánica en la nación del Atlántico norte creó una nube de cenizas que dejó varadas a más de 10 millones de personas en abril de 2010. Aunque los funcionarios de defensa civil confían en los procedimientos para notificar a los residentes, todavía están desarrollando planes para alertar a los turistas que acuden en números récord a visitar las cascadas y los géiseres de Islandia.
"Los turistas son el mayor reto en la actualidad", dijo Vidir Reynisson, especialista en Katla del Departamento de Protección Civil y Manejo de Emergencias. "Son un gran número, están dispersos y es menos probable que sean conscientes de las acciones de emergencia que los lugareños", agregó.
