Comienza a tomar forma la estructura base de lo que será el nuevo Puente Vehicular Zaragoza sobre el Boulevard Pape, en donde no sólo el malestar por las afectaciones que ha causado a los negocios vecinos a la zona, sino por el riesgo latente que existe de accidentes automotrices y posibles atropellamientos de personas que sortean cruzar en medio de la obra y del gran flujo vehicular que causan las salidas alternas.
En el lugar se pueden apreciar unidades motorizadas de Tránsito o patrullas pero estas se encuentran solas mientras que los uniformados brillan por su ausencia, ya que en las calles que fueron designadas para el desahogo del Boulevard Pape y que bajan por la colonia Primero de Mayo, generan una alta circulación de autos.
Pese al riesgo y a la falta de elementos de Tránsito que den vialidad, la gente se arriesga a sortear los autos para poder llegar a la acera, derivado también de las malas condiciones en que el viejo puente peatonal se encuentra.
Peatones dijeron a EL TIEMPO que el paso a desnivel tiembla mucho con las vibraciones que genera la maquinaria pesada que se maneja dentro de la zona de la obra y temen pueda venirse abajo en cualquier momento.
Además, durante la tarde noche en que se deja de trabajar, se apaga la zona de la obra, y al no haber alumbrado público funcional todo se torna en un área ideal para los amantes de lo ajeno, registrándose este fin de semana un atraco a un peatón al que despojaron de sus pertenencias.
Mientras tanto, el avance de la obra ya es más evidente, pues si inició con la colocación de las bases para los muros de soporte y muros que darán forma al puente mismo.
En cuanto a las unidades pesadas, siguen pasando a diestra y siniestra sin que haya un elemento que brinde vialidad o seguridad a las personas que pasan por el área para poder llegar a la acera donde se tiene la parada del transporte público hacia el Sur de la Ciudad.
