AGENCIAS / EL TIEMPO
PAQUISTÁN.- En medio de una cultura donde hay clérigos poderosos el abuso sexual en las escuelas religiosas de Pakistán rara vez se discute o se reconoce en público, revela una investigación realizada por AP.
La persecución del abuso sexual es raro, según indican documentos policiales y docenas de entrevistas con víctimas, familias, funcionarios y grupos de ayuda. Es común que se sobornen a la Policía para no perseguir a los clérigos, revelan las familias de las víctimas. Además, los casos raramente pasan a los tribunales, ya que el sistema legal pakistaní permite a la familia de la víctima "perdonar" al acusado y aceptar lo que se conoce como "dinero de sangre".
Un recuento de los casos reportados por los periódicos de Pakistán durante los últimos 10 años indica que los casos de abuso sexual por parte de los clérigos y otros funcionarios religiosos alcanzó los 359.
Sin embargo, un funcionario reveló en 2004 más de 500 denuncias de agresiones sexuales contra niños pequeños en madrasas -un tipo de escuela islámica en Pakistán-. Dos funcionarios familiarizados con las madrasas dijeron que el abuso sexual ocurre todo el tiempo.
Uno comparó la situación con el abuso de niños por parte de los sacerdotes en la Iglesia Católica. "Hay miles de inocentes de abuso sexual en las madrasas", dijo. "Esto es muy común No estoy seguro de lo que se necesita para exponer el alcance. Es muy peligroso siquiera intentarlo".
El Ministro de Asuntos Religiosos, Sardar Muhammad Yousaf, desestima las secuencias de abuso sexual generalizado, afirmando que se trata de un intento de difamación de la religión, los seminarios y los clérigos. Por su parte, el Ministerio del Interior, encargado de supervisar las madrasas, rechazó las repetidas solicitudes escritas y telefónicas de una entrevista por parte de AP.
En Paquistán hay más de 22 mil madrasas registradas que enseñan a unos 2 millones de estudiantes, a menudo entre los más pobres del país, que reciben alimento y educación gratis. Asimismo, miles de madrasas no están registradas y operan sin escrutinio. Los casos que involucran a los llamados mullahs -tipo de sacerdote- la Policía se niega siquiera a registrar el caso, según reportes de las víctimas, quienes en su mayoría carecen de recursos. "Estamos siendo presionados para llegara un acuerdo", dijo una de las víctimas, cuyo hermano menor dice haber sido atacado en una madrasa por un clérigo quien amenazo con matar a su familia si lo revelaba.
Por su parte, el Jefe de la Policía en el centro del distrito de Multan, el subinspector general Sultan Azam Temuri, niega que la presión de los clérigos o políticos poderosos incite a la Policía a ser más laxos con estos casos.
Azam dijo que los casos son investigados cuando se hacen acusaciones. Además, asegura que su departamento intenta abordar los temas de abuso infantil en general con la introducción de los servicios de protección de género y de la infancia.
