Hasta el momento la madre del fallecido indicó que las autoridades no llevan avance en su investigación.
En medio de la dolorosa búsqueda de justicia, Flor Rubio, madre de David, víctima de presunto maltrato en el anexo Sanaréh que lo llevó a la muerte, alza su voz en un grito desgarrador de frustración y desesperanza. "Está comprado todo, porque no quieren cerrarlo ni nada", expresó con indignación.
A pesar de denunciar el caso ante el Ministerio Público, Rubio y otros padres de familia continúan sin obtener respuestas ni avances significativos en la investigación, señalo la afligida madre.
En un encuentro con el agente del Ministerio Público de la Fiscalía General del Estado que lleva el caso, recibió una desalentadora respuesta: el demandado y sus trabajadores aún no se han presentado ante la autoridad.
La angustia de Rubio se intensifica al ver que Rodolfo, dueño del anexo Sanaréh, continúa operando el centro de rehabilitación con total impunidad, negándose a establecer cualquier tipo de comunicación con los afectados. Incluso después de los trágicos acontecimientos, testigos afirman haber visto a Rodolfo en las instalaciones del anexo.
El caso de David es un doloroso recordatorio de la falta de transparencia y justicia en nuestro sistema. Tras ser trasladado en estado de coma desde el anexo Sanaréh al Hospital General Amparo Pape de Benavides, David falleció después de cuatro días de lucha el 19 de marzo.
La familia de David exige respuestas claras y acciones concretas por parte de las autoridades para garantizar que casos como el de David no queden impunes. Mientras tanto, Flor Rubio y otras familias afectadas continúan su batalla por la justicia, en medio de un mar de incertidumbre y dolor.
