No podía haber permanecido en mejores manos: Manuel Vázquez es hombre de periódico y eso lo llevó a conservar esta joya editorial a lo largo de las décadas.
Manuel Vázquez, estaba indeciso, deshacerse de una joya histórica era difícil; en sus manos tenía la carpeta que contenía la edición primigenia del Periódico El Tiempo de Monclova, fechada el 31 de agosto de 1964.
Sí, tras ver el anuncio que convocaba que quien tuviera este ejemplar se llevaría una recompensa, no dudó en acudir a nuestras oficinas, sin embargo, en la primera entrevista solo decidió mostrarlo, pero se rehusó a dejarlo en manos de los directivos que realizaban la actividad en la víspera del 60 aniversario del matutino.
Ayer, animado por su esposa y por un amigo que sabe lo que significa el periodismo, Manuel decidió finalmente llevarlo.“Fue algo difícil, pues en realidad conmigo ha estado por más de 30 años, el resto del tiempo lo tuvo mi padre, pero créeme, por mi mente nunca pasó entregarlo, regresarlo o venderlo”.
Reconoció que mucha gente le aconsejaba que lo dejara, pues no le iba a servir, lo cuestionaban para qué lo quería seguir conservando y que mejor le sacara provecho; sin embargo, él sabía que en sus manos había un pedazo de los inicios de la historia moderna del Monclova del siglo XX.
Manuel es gente de periódico, con una vasta experiencia en el área de diseño, preprensa y fotomecánica, además del taller de impresión, es por ello que siempre ha estado rodeado de personas que saben de los menesteres periodísticos.“Un amigo ya retirado de esto me dijo ‘¿sabes qué? Entrégalo porque ahí les pertenece, no es tuyo, y ellos lo van a cuidar mejor que tú, el día que tú te mueras, el día que tú ya no estés, ese periódico se va a perder, nadie le va a tomar importancia, van a creer que es un periódico viejo, pero ahí lo van a cuidar porque lo están buscando” narró.
Una de las cosas que también le convenció de que su tesoro de papel estaría en buenas manos es el proyecto que Periódico El Tiempo de Monclova emprendió de conservar su hemeroteca para rescatar los ejemplares y encuadernarlos; explicó que eso es algo que habla de que los propietarios actuales del diario de mayor arraigo, no solo de Monclova, sino de la Región Centro saben y aprecian el periodismo.“De hecho, que yo sepa ningún otro periódico tiene este tipo de archivo, anteriormente yo también hacía la mentada bandera que al final se amontonaban en un cuarto y al cabo de un tiempo terminaban tirándolas” indicó.
Hijo de Celestino Vázquez, quien trabajó en diferentes medios, informativos de Coahuila entre ellos El Siglo de Torreón y director de algunos diarios de la localidad, Manuel recordó su experiencia de años entre la tinta y el papel; aquí es donde la historia se entreteje con aquellos recovecos que solo el destino sabe por qué: ¿Cómo una persona que trabajó en la década de los sesenta en El Siglo de Torreón conservaba la primera edición de El Tiempo de Monclova?
¿Cómo llegó a sus manos?
Bueno, ellos tenían un taller de impresión y fotograbado en Monclova y cierto día llegó una persona que buscaba que esa edición se lo grabaran en latón, pero nunca regresó, pasaron los años y el periódico lo guardó su padre. Al fallecer Celestino, Manuel atesoró el documento, lo guardó en una pequeña caja que pasó por diversas mudanzas a lo largo de los años de mantenerse en el cuarto de “tiliches”.
Finalizó con esta frase que denota ese reconocimiento de tomar una excelente decisión: “Muchas veces no es por el dinero, es algo sentimental, sin embargo, sé que no hay un mejor lugar donde puede estar esta joya, este tesoro, así que decidí llevarlo a donde pertenece: A su casa”.
