Joe Burrow, quarterback de los Cincinnati Bengals, regresó este lunes a los entrenamientos luego de una cirugía en la muñeca derecha a la que se sometió en noviembre pasado que lo marginó del fin de la temporada 2023 de la NFL.
Los Bengals publicaron un video en sus redes sociales en el que se ve al jugador de 27 años realizar varios pases en la vuelta a los entrenamientos de la temporada baja del equipo, acciones que Brad Kragthorpe, entrenador de quarterbacks de Cincinnati, elogió y confió que estará listo para la temporada que inicia en septiembre.
“Luce tan rápido y atlético como siempre. Cada vez se parece más al Joe Burrow que estamos acostumbrados a ver, no veo ninguna diferencia. Tiene buen movimiento con la mano, pasa natural el balón; se le nota confiado y feliz por regresar. Si todo va bien estará para la semana 1”, afirmó Brad Kragthorpe.
Burrow es uno de los mariscales de campo más talentosos que ha llegado a la liga en el reciente lustro, incluso llevó a su equipo al Super Bowl LVI, que perdió ante Los Angeles Rams en la temporada 2021.
El ganador del trofeo Heisman en 2019 con los LSU Tigers, del futbol colegial, se rompió el ligamento de la muñeca derecha en el partido de la semana 11 ante los Baltimore Ravens en noviembre pasado, lesión que requirió cirugía y lo dejó fuera el resto de la campaña.
Sin el liderazgo de Burrow los Bengals terminaron el año con marca de 9 ganados y 8 perdidos en el último lugar de la división Norte de la Conferencia Americana, posición que los marginó de los playoffs.
Fue la segunda vez en 4 años que por una lesión del pasador Cincinnati no alcanza la postemporada.
A pesar de su talento, el jugador nacido en Ames, Iowa, no ha mostrado todo su potencial debido a las lesiones que lo han aquejado desde que fue seleccionado en la primera ronda del Draft 2020 por los Bengals.
En su año de debut, Burrow no contó con una adecuada protección de su línea, fue capturado 32 veces antes de romperse el ligamento cruzado de la rodilla apenas en la semana 10, lesión que requirió de cirugía y una larga recuperación.
A pesar de sus constantes lesiones la directiva y entrenadores de Cincinnati saben que estos eventos son consecuencia de la fragilidad de la línea ofensiva del equipo que en 4 años ha permitido que Burrow haya sido capturado 148 veces en 52 partidos, demasiados golpes para tener a su mariscal de campo sano.
