Aunque se pretende mejorar los hábitos alimenticios de los mexicanos, las normas tan drásticas pueden dañar permanentemente la economía de algunas cadenas restauranteras.
Lo que ha tomado por sorpresa a los restauranteros locales es la nueva Ley General de la Alimentación Adecuada y Sostenible que impulsó el presidente Andrés Manuel López Obrador, de no cumplir con los requerimientos exigidos los propietarios deberán pagar multas de 5 mil a 2 millones de pesos o bien aceptar una clausura temporal, entre otras disposiciones.
A pocos meses de concluir su sexenio el presidente sigue impulsando Leyes que generan grandes cambios y no precisamente positivos para empresarios, comerciantes, etc., aunque en esta ocasión tiene como mero fin garantizar el derecho constitucional a una alimentación adecuada y saludable, las multas impuestas a quienes presenten un solo error podrían llevar a la quiebra no solo a algunos establecimientos sino, cadenas restauranteras.
Reglas. Se ha definido que los distribuidores o productores de alimentos se encarguen de proveer información sobre los insumos o proceso que utilicen, además deben incluir alimentos o bebidas que garanticen un estándar mínimo de inocuidad alimentario y ofrezcan agua natural, no embotellada, apta para el consumo humano sin costo para los consumidores. También otro punto importante es que las mesas no tengan un salero a la vista, sino que, sea el cliente quien lo solicite si desea este condimento, y los carteles promoviendo una buena alimentación deben abundar en los comedores o menús donde también disminuya considerablemente el uso de azúcar en los platillos.
Por otro lado, deberán limitar la reutilización de aceites en productos fritos como comúnmente lo hacen y están obligados a advertir cuando los productos contengan ingredientes de organismos genéticamente modificados, es decir, transgénicos. Estas son algunas de las muchas nuevas normas para los vendedores de comida que serán reguladas por parte de la Secretaría de Salud, según el gobierno federal.
Prospectiva. “Siempre que se trate de la salud yo estoy de acuerdo en todo lo que le haga bien al cliente en eso no estoy nunca en contra, pero lo que sí es difícil es que si nos equivocamos poquito nos llegue una multa que nos lleve a la quiebra”, expreso el restaurantero Esteban Francisco Carreño, propietario de Jugos del Sur. “Ahí si nos quebrarían porque yo haría todo mi esfuerzo, pero si llegara a tener unas fallas sobre lo que exigen sería contra mi voluntad y una multa de esas no la podría resistir”, añadió.
Por otro lado, regalarle el agua al cliente, aunque pareciera mínimo, implica un gasto que el vendedor realiza, pues es un producto por el cual pagan y entonces no recuperarían ni siquiera la inversión, ya que, Esteban recordó que este vital líquido tiene un mero costo de recuperación.
Concordancia. Al respecto Bretón Echeverría Vitali, sostuvo que no está en contra a la ley para cuidar a los consumidores, sino que las leyes no se hacen de ocurrencias, más bien son fundamentadas y con bases, por lo que las mismas cámaras deben decidir qué es lo más conveniente para el cliente. “Estoy de acuerdo que tenemos problemas con el azúcar porque México es el primer lugar con personas que tienen más índices con problemas de azúcar y tenemos que ver de qué forma cambiarlo, pero no de manera drástica porque si te meten una multa de esa ya te cierran el restaurante”, indicó.
“El señor ya se va, está hablando puras incoherencias, el personal de salud no se da abasto para revisar los hospitales y todavía les quiere dar más”, puntualizo.
Alternativa. Ambos restauranteros concordaron en que, es una ley precipitada donde no están pensando la manera de no afectar a los comercios y están dispuestos a realizar cambios a favor de los consumidores, pero que no se les ponga en riesgo cerrar su negocio en caso de cometer un error. Francisco Carreño dijo que, necesitan capacitaciones y asesoramiento para cumplir con lo que se establezca, todo con tal de no llevar a la quiebra sus negocios por mínimos errores.
